No estar. Sentir orgullo y admiración por alguien a quien ya conoces. Lo vi reír, respirar, caer, soñar… y de repente ocurren cosas que cambian mi punto de vista. Actos desencadenados e imponentes que lo agitan todo, como la sal en los acantilados. Veo como es capaz de sorprender a los más altos cargos de algún infierno con un discurso sobre el tiempo y sus consecuencias. El trabajo diario se refleja en la pared como un grabado para la historia… y yo no estoy. Me llegué a sentir como un fan entre la multitud: lo veo pero sé que estoy lejos, muy muy lejos.
Mis ojos derritieron la nieve al saber que todo salió bien: que los aplausos fueron de pie, las sonrisas sinceras y la emoción amistosa. Me veo a través del tiempo y los espejos (que no mienten) para hallar una nueva imagen. Una foto pésima, que se diezma a medida que aumenta la distancia. Después me siento estúpido oyendo al viento hablar de lo que yo quiero y no tengo.
No creo en leyes ni el dinero, no obedezco a dioses ni credos, ni sigo encontrar el hades o el cielo, pero sigo encontrándome lejos, muy muy lejos. Y espero la vejez de cada noche para que la sal de cada nuevo día me salude en las mejillas cuando sonrío. Así consigo mirar al futuro donde hallo a divisar esa cita que está menos lejos, mucho menos lejos.
Felicidades hermano!!!
Muchas gracias hermano!!!me has emocionado. Aunque no estuvieses, estuviste. Sabes que siempre te recuerdo, así que aunque de una forma diferente, estuviste disfrutando de ese gran día para mí y todos nosotros. Un beso enorme!!Tranquilo que lo recelebraremos jeje.
ResponderEliminarGracias por ser capaz de más que yo; y haberme visto entre tantos, entre aplausos, vítores y llantos. Un abrazo
ResponderEliminareso es un ermano
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