15 de octubre de 2009

Paseándome sobre raíles


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Subir y bajar del tranvía. Puede parecer al estúpido, pero a lo mejor es especial. En cada parada, en las aceras y en cada asiento hay gente. ¿Cómo son sus vidas y en qué gastan su tiempo y dinero? Algunas veces me invento historias para esas personas, y sonrío imaginando a ese niño saltando charcos, o viéndolos elegir la ropa por la mañana, creo verlos sonreir al salir del trabajo o decir adiós a sus amigos al partir hacia la parada. Otros, sin embargo, los imagino queriendo volver a casa, donde unos colegas, una novia, una familia, les dará conversación; y dejará el móvil y su estrés en pos de unas cervezas o una cena.

Vi a través del cristal alejarse a decenas de amores platónicos, puestos para mis ojos. Seguí en cada parada pasos a ningún lado, se quedaron atrás los que andaban mirando al suelo; escuché tras de mí al mundo rodar. Y sólo en el río creí escuchar las olas del mar que añoro. Viajaré sobre raíles para cargarme de sentimientos que derramaré en este cuaderno.
Hay niños, madres, padres, solteras, casados, borrachos ricos, pobres felices, perros, gente de pie, sentada, hablando, callada o escuchando una banda sonora; hay estudiantes con sueño y trabajadores descansados, hay deseos, energía, sueño, angustia, ansiedad, paciencia…. Y me pregunto: ¿se imaginan cómo es mi vida? ¿Es mejor que la que vivo?

2 comentarios:

  1. Oye Shikillo
    Escribes como un auténtico poeta, autor, cantautor... me encanta... sabía que había esa magia en tí... esquivada quizá de mí. Aut´ntico diario de un viaje inolvidable...(?)
    Abrígate y escribe MÁS.
    Un abrazo

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  2. siempre he tenido un hermano poeta, aunque a veces se piedra un poco, bah, cosas de menSOS, jaja. Sigue escribiendo, sentimentalista

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